No quiero volver a verte.

Tú, me haces pequeña. Tan pequeña, que a veces no puedo ni verme. Te odio. Vete, y nunca vuelvas.


Te escribo hoy, puesto que me parece injusto haberte escrito tan poco hasta ahora, con la de tiempo que pasas conmigo. Eres la que más me ha acompañado, la única que ha estado conmigo en los peores momentos. La única. Y aún así, te he escrito, sí, pero no tanto como mereces. Tengo que decirte que, no te doy las gracias por haber estado siempre ahí. No te estoy agradecida, para nada. Eres un asco. ¿Por qué tienes que estar ahí siempre? No lo entiendo. Me gustaría cambiarte por otra, pero no lo consigo. Te odio más que a todas las cosas malas que me han pasado hasta ahora. Mucho más. Te advierto, que a ti, no te dedicaré ninguna palabra de agrado. No te diré que te quiero, que quiero estar toda la vida contigo, que no por siempre pero sí para siempre, y que eres de lo más importante de mi vida. Porque aunque hayas sido la que más ha estado conmigo, no te lo mereces. Eres cruel, y todos lo sabemos. Te odio, y no te mereces nada. Adiós, soledad.

1 comentario:

Eva dijo...

Me encanta, esto me ha recordado a una canción de Ismael Serrano que decía, no estoy solo con mi soledad, o algo similar. Me ha gustado mucho. Un beso!