¿Nunca... nunca habéis tenido la sensación de que lucháis para
nada? Sí, esa sensación horrible que
se tiene cuando os esforzáis por conseguir algo, algo que deseáis con todas
vuestras fuerzas, pero que llega el momento y te das cuenta de que no tienes
nada que hacer porque ya lo has perdido. Es... hacerte ilusiones.
PRIMERA FASE
Cuando piensas por primera vez quiero conseguir esto, y voy a
hacer todo lo posible por lograr tenerlo, se dibuja en tu cara una enorme
sonrisa, y te llenas de ganas de empezar a luchar por ello, de poner todas tus
fuerzas para ello, y conseguirlo.
SEGUNDA FASE
Se convierte en algo habitual para ti,
el luchar por eso, y precisamente por esa razón, pasa a ser una rutina, algo
con lo que te has acostumbrado a vivir. Luchar es ser fuerte, y lo sabes, y por
eso sigues luchando y luchando. Eso sí, tienes ilusiones, quieres conseguirlo,
pero no te hace tanta ilusión como te hacía antes.
TERCERA Y ÚLTIMA FASE
Llevas mucho tiempo detrás de ello, y
poco a poco te vas dando cuenta de que no lo consigues. Es cierto que has
conseguido acercarte a ese objetivo, por la simple razón de haber luchado por
ello, pero no llegas, no alcanza tu mano para conseguirlo. Es, algo frustrante,
¿no crees? Hasta que te rindes, tiras la toalla. Sí, haces eso que todo el
mundo dice que no hay que hacer, RENDIRSE. Qué gran palabra. En ese momento, te
sientes pequeñita, no sabes qué hacer, porque ves que uniendo todas y cada una
de tus fuerzas, no consigues lo que quieres, es inútil. Y te hundes.
Eso es lo que sucede en la mayoría de
los casos. Pero, por supuesto, no siempre es así. A veces consigues lo que
quieres, y consigues ser feliz. Pero esta entrada hoy, quiero hacerla
especialmente para aquellas personas a las que le sucede esto, que no consiguen
lo que quieren y por eso mismo se hunden. Quiero decirles a todas esas
personas, que nunca tiren la toalla. Sé, por experiencia, lo que se siente en
esos momentos, y yo soy una de las personas que ha tirado la toalla cuando no
debió hacerlo, y por eso mismo os digo esto. Quiero que sepáis que todas las
personas valemos mucho, que nadie es inferior a nadie. Y diréis pero no todos somos iguales, me
siento inferior cuando veo a alguien más guapo que yo, o más listo, o más
inteligente, pero esa es la gracia de la vida, que todos somos diferentes.
Si todos fuésemos iguales, esto sería un aburrimiento total. Así que, no os
vengáis abajo, nunca, y de rendirse, JAMÁS, ¿vale?
2 comentarios:
Me gusta como piensas :)! Pensar así anima, por dar un ejemplo.. es como una llama que circula por un camino.. se apaga en momentos, pero en el camino hay pólvora que te ayuda a seguir ardiendo. Hay momentos en los que piensas.. "¿Por qué seguir con esto?" Te desanimas.. te pierdes.. decides dejarlo, entonces, piensas en lo mucho que quieres conseguir eso. Te enciendes, y sigues intentándolo "Quiero seguir" te dices a ti mismo.
Me encantó ^^.
:) gracias!
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