No quiero volver a saber de ti.

Confié en ti, pero me has decepcionado. Por todo lo que me has hecho pasar, te odio.

Y, como todos los años, te escribo. Supongo que mereces saber lo que pienso sobre ti, por eso me gustaría hacértelo saber, y así será. Tú concretamente, fuiste peor que el anterior. Tú, hiciste que me juntase con gente con la que nunca debí estar. Por tu culpa, por haber hecho que confiase en esa gente, lo pasé peor que nunca. Sufrí, y mucho. Nadie podrá llegar a entenderlo. Me sentí sola, una vez más, como aquella tarde de invierno hace 13 años. Sola, completamente sola. Sentí que no había nadie a mi lado, para decirme "tranquila, no te estás equivocando", o simplemente para darme un abrazo. Esos abrazos que tan bien me sientan. Cómo los echo de menos. Y, por tu culpa, por tu jodida culpa, es algo que ya no tengo. No tengo abrazos, no tengo ganas de nada. Me tumbo en la cama, y pienso. Intento buscar ese por qué, que nunca llega. Tampoco hay alguien que pueda explicármelo. No me lo merezco, y lo sabes. Te lo tienen que haber contado los anteriores. ¿O me equivoco? Já. No, no me equivoco. Lo sabes. Lo sabes todo, absolutamente todo, pero te ha dado igual. Has hecho que recuerde tiempos pasados, no precisamente felices. Tiempos en los que deseaba estar muerta. Y, ¿sabes? Te odio por ello. Aunque no creo que te extrañe. Y si es así, si realmente te extraña, es que aún no me conoces como deberías. ¿Qué es lo que más me gusta hacer, eh? ¿Qué me gusta desayunar todas las mañanas? ¿Cuál es mi color favorito? ¿Y mi peli favorita? ¿Quién ha sido el único que ha estado siempre a mi lado? ¿A que no lo sabes? No, claro que no. Nunca te preocupaste por ello. El primer día que pude sentirte, pensé que harías que todo fuese mejor. Pensé que todo cambiaría, y que dejaría el pasado atrás. Pero no te has preocupado por darme bienestar, calor cuando tuviese frío, palabras amables. No. Sólo me has dado dolor. Y es por ello que nunca, jamás, podré sacarte de mi cabeza. Parece que ni siquiera en tus últimos días conmigo quieres demostrarme que realmente estás de mi parte, que realmente me quieres. Por ello, te deseo lo peor. Que te pudras en el más oscuro y profundo infierno, y que no vuelvas nunca, ¡jamás! Te odio, te odio tanto, que si por mí fuera, te irías ya mismo de mi vida. Aún quedan nueve días en los que estarás a mi lado. Disfrútalos, porque serán los últimos. Adiós, 2011.

1 comentario:

Mural Romántico dijo...

Antes de que se acabe el año, recuerda ese momento que no odiaste, ese momento de amor. Guárdalo en el fondo de ti... luego querrás que vuelva