Paradise.

Vive. Pero vive en tu paraíso.

Me encierro en mi habitación y pienso. Me sumerjo en el mundo de la música y las letras. Y pienso en la vida, imagino el paraíso. ¿Cómo sería vivir allí? Quién sabe. Nadie, absolutamente nadie puede asegurar siquiera que ese sitio haya existido algún día. Pero, aún así, la gente habla de ello, y yo escucho. Dicen que el paraíso es un lugar precioso; un enorme parque natural, en el que no existe la vergüenza, ni el miedo. Un lugar en el que se es completamente feliz. Ahí es cuando dejo de escuchar. Algunas personas tiene un concepto completamente equivocado de la palabra felicidad, el cual yo no concibo. Les preguntas, y te dicen: ser feliz es tener todo lo que quieres, no preocuparte por nada, y hacer lo que te dé la gana. No lo entiendo. ¿Seré idiota? Quién sabe. Puede que esté equivocada, y la felicidad sea eso, pero para mí sería demasiado aburrido. ¿Quién es capaz de imaginarse en una vida sin miedos, sin complicaciones, sin dudas? Yo. Yo soy capaz de imaginarlo, pero no me gustaría vivirlo. Ahora me toca a mí. Para mí, felicidad es un abrazo, un beso, una caricia; una carta, una pulsera, una canción, una foto. No hay nada, absolutamente nada, que exprese más que una foto. Y, en vez de imaginarme en el paraíso, me imagino en esa foto. Con él. Porque ese es mi paraíso.