Esperar, los días que sean, me da igual. Le quiero, y quiero estar con él. Cueste lo que cueste. Lo he prometido. |
Es
inexplicable. No tengo palabras para describir lo que siento cuando le veo
sonreír. Sonreír por cualquier tontería que haya dicho. Esa sonrisa, de medio
lado, que tanto me gusta. Verle, aunque haya distancia de por medio, me hace
volver atrás, a aquel maravilloso día. Recordar todo, como si estuviese pasando
en ese mismo momento. Es una sensación preciosa, os lo aseguro. Verle, después
de tanto tiempo, esa cara que tiene, de no haber roto un plato en su vida. Ese
pelo que volvería loca a cualquier chica que pasase por su lado. Esa púa
colgada al cuello. Me encanta, definitivamente, me encanta. Incluso ver que se
cae me parece tierno. Soy tonta, estoy embobada, pero me gusta, me gusta estar
y ser así. ¿Por qué no? Está bien. Olvidarse del mundo,
y centrarme en él, solo en él. Y no pensar en nada más, dejar la mente en
blanco, y que se quede grabada su imagen en mi cabeza. Para tenerla ahí,
guardada, toda la noche. Y no dormir. Me da igual no dormir si puedo soñar
despierta toda la noche. Qué bonito todo él.
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