¿Nunca te has parado a pensar en la infancia? ¿De veras nunca intentaste recordar cómo era tu forma de pensar o lo inocente que eras? Pues yo sí. Incluso hay canciones hoy en día que hablan de ello. Es cierto que no todo fueron momentos bonitos, está claro, pero son los que suelen destacar, ¿no? O, bueno, al menos, los que DEBEN destacar. Te paras a pensar, en uno de esos momentos en los que no sabes qué hacer, y recuerdas ...
♥ Tu primer baño; lo
feliz que eras cuando tu papá o tu mamá te metía en la bañera, y tú no parabas
de salpicar. Te divertía hacerlo, era genial. Cada día deseabas que llegase la
noche para meterte al agua y chapotear.
♥ Cómo te miraba la
gente. Tú eras el centro de atención, siempre eras el punto fijo de la gente;
salías a la calle, y se te quedaban mirando. Algunos, te sonreían; otros, te
sacaban la lengua; y, los más absurdos de todos, te ponían caras raras, para que
tú te rieses. Y tú te quedabas como.. Vaaaleeee... , y acababas riéndote para
que esa persona dejase de hacer el payaso.
♥ El chupete. Ese
aparatito cuyo mecanismo es sencillísimo, pero que a veces incluso te viene con
un papelito de instrucciones para decirte que hay que introducirlo en la
boquita del bebé cuando llora, para que se calle. Pero, por muy sencillo que
fuese, a ti te encantaba, porque era una forma de entretenerte. Incluso algunas
veces llorabas a posta para que tu papá te lo diese.
♥ El típico peluchito
que te daban para que jugases con él mientras ibas por la calle sentadito en el
carrito. Tus papás se pensaban que te divertías con ese bichito ahí haciéndote
compañía durante todo el viaje, pero llegabas a aburrirte. Era entonces cuando
decidías tirarlo al suelo, y empezar a dar palmaditas riéndote. Así unas
cuantas veces, lo tirabas, y tus papás te lo volvían a dar. Eso, hasta que
ellos se cansaban, y te quitaban el peluchito, y lo ponían en la cestita de
debajo del carrito. Como tú te seguías aburriendo, te entretenías esta vez
quitándote esa minúscula zapatillita de cordones del pie derecho, y tirándola
al suelo, partiéndote de la risa.
♥ El biberón. Qué
tiempos, ¿eh? Búf. No tenías ni que levantarte de la cama para desayunar, porque
ya te venía a la cama el bibi preparadito. Calentiiiiiito, calentito en
invierno, y fresquito en verano.
♥ La cuna. Era uno de
tus sitios preferidos, en el que te sentías super protegido, con tus
ochocientos peluches rodeándote, y con esas cuatro paredes de rejitas. Era
genial estar ahí, arropadito, ¿eh? :)
♥ Ese día que acabaste
pronto de hacer el homework,
que entonces solamente era pintar un circulito, o una estrellita del color
correcto, y le diste la tabarra a tu papá para que fuese contigo al parque,
porque te aburrías de estar haciendo puzzles en tu casa. Y él, te decía que no tenía
ganas, o que estaba cansado, pero tú seguías insistiendo, hasta que te salías
con la tuya. Y bajabas al parque, a los columpios, al tobogán.. Todo era tan
divertido en ese momento, que no lo hubieses cambiado por nada en el mundo.
Y, claro.. no son sólo cosas
materiales lo que te viene a la cabeza al pensar en tu infancia. También está
esa libertad. Sí, sí. Vamos, que hacías lo que fuese, y como mucho te regañaban
durante 3 segundos, pero al cuarto segundo te decían que no pasaba nada. Eso
era, buf, genial. Qué tiempos aquellos.
Pero, claro, la vida sigue. Y creces,
y creces; te vas haciendo mayor. ADOLESCENCIA. Sí, es verdad, es una etapa un
tanto complicadilla, pero no hay que olvidar que Tempus fugit, Carpe diem (el tiempo se escapa, vive la vida).
Porque, si no lo haces, llegará un momento en el que te arrepentirás. Porque,
sinceramente, es la mejor etapa de la vida.
3 comentarios:
Te sigo ♥
:D gracias! <3
Impresionante.
Pats(L)
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